4 de noviembre de 2013

Doom


Muchos de los que transitamos la cuarta década supimos pasar muchas de nuestras adolescentes horas jugando al DOOM


La cosa era simple: había que enfrentarse a una enorme cantidad de seres de otra dimensión que eran bien malos y matarlos a todos.

Entre los malos había uno particularmente perjudicial, el nombre, ay, no es bueno: Arch-vile.


La cualidad del Arch-vile era, ni más ni menos, que darle vida a los muertos. Cuando aparecía este pelado había que aguantar lo que nos tiraren el resto de los bichos y darle con todo hasta matarlo. De no hacerlo, el mencionado pelado se encargaba de resucitar más y más muertos y más temprano que tarde nos quedábamos si balas y... listo.

Matar a este vil archivillano no nos garantizaba cumplir nuestra misión, misión que era, obviamente, salvar a la humanidad toda. 
No.
Nada de eso.
Sólo era una acción necesaria para seguir con vida. 
Nada.
Eso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Moderensen