El domingo 9 de diciembre estuve en la Plaza. No fue mi primera marcha/acto/concentración K, he ido a varias, pero me parece que en esta Plaza se pudo ver la magnitud del núcleo duro del kirchnerismo. La mentada minoría intensa K.
Esta minoría intensa tiene una composición social muy vasta (Wainfeld). Es una pirámide con mucha base y que se afina abruptamente hacía el vértice superior. Más peso en los sectores humildes y muy poco en los altos. La alegoría del tentenpié de tan fácil, la evito.
Sin embargo, a mi juicio, el núcleo duro K tiene una importante representación en los sectores medios y lo más importante es que, a su manera, milita.
Se dice que los sectores medios son reacios al kirchnerismo. Esto se puede ver en los resultados de las elecciones en los grandes centros urbanos. En el 2007 CFK no ganó en ninguna ciudad grande. En el 2011 ganó en todos pero con números alejados del 50%. Acá en la amarilla CABA sacó 35%. Y así.
Otra muestra de la aversión de las clases medias a todo lo K lo vemos en vivo y en directo en nuestras relaciones sociales donde el sentimiento anti K es mayoritario. (Asumo que el eventual lector pertenece a la clase media)
Sin embargo, no somos pocos los clase media K que, a nuestra clasemediera manera, militamos. No me refiero a los que, siendo clase media, militan de verdad en alguna agrupación política. Me refiero a eso llamado "gente suelta" y digo que el espacio K es el único que une y organiza, de alguna manera, a ese colectivo clasemediero.
Lo que me parece más importante de este colectivo militante clasemediero K es que forma parte de un proyecto político de inclusión. Es una superación del piquete y cacerola. No es progresismo bobo. Es ser parte de un proyecto con conducción y que, como no puede ser de otra forma, se come los sapos que haya que comerse para pertenecer a él.
Esta cultura política, que resalto en el encabezado del blog con las palabras de Agustín Rossi, va en contra del sentido común clasemediero. Y eso a mi, un K más, me parece superador.
Por otro lado, del otro lado, en esta versión binaria del espacio político, está al espacio anti K. Ese espacio sólo logra producir manifestaciones anti y me parece que están condenados a ello porque su objetivo es ese: oponerse a este proyecto. Claramente están sin conducción y creo que no quieren tenerla porque descreen de la organización política. Los políticos que les gustan son los que no les molestan. Los que no se meten con sus intereses. Los que juegan para las minorías a las que pertenecen. Hacen un culto de lo espontáneo sobre lo organizado; de lo individual sobre lo colectivo y bueno... así les va. No aceptan el cambio de los tiempos. Tiempos en los cuales, con avances y retrocesos, aciertos y errores; lo colectivo y organizado ha vuelto a ser gobierno. Este colectivo anti K es la esencia misma del sentido común clasemediero.
Por supuesto que el espacio k y el anti k no completan la descripción del espacio político. Faltan los que está en el medio pero eso es tema para otro post.
Bueno, se hizo largo, lo que quiero decir con toda esta lata es que sólo Cristina tiene esta militancia de clase media. No veo a ningún otro político/espacio que logre militancia de clase media que acepte formar parte de un colectivo político que incluya a los sectores humildes. Listo. Eso.
Ah, me olvidaba, esta militancia clasemediera sólo la vi en la primavera alfonsinista cuando adolescente. Si miramos con atención veremos que no son pocos los que aun ahora defienden a Alfonsín. No digo que esas personas ahora son K. Lo menciono para mostrar que, a mi criterio, esa huella de pertenencia continúa en el tiempo.
La minoría intensa K seguirá existiendo aunque Cristina no sea presidenta. Eso digo.
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